A través de los años, en el sector transporte se ha hecho visible la participación de las empresas privadas como ente capacitador. Estos programas de capacitación se adaptan a los intereses de la empresa; sin embargo, los resultados no siempre son suficientes para hacer más competitiva la operación.
Así mismo, es relevante mencionar que los conductores son parte fundamental de la cadena logística, siendo estos los encargados de entregar el producto final al cliente. Es por ello, que las empresas del sector requieren de constantes capacitaciones dirigidas a los conductores, considerando el tipo de camión que manejan y la carga que transportan para brindar un servicio integral óptimo.
En general, las empresas requieren de igual manera de conocimientos especializados como de tecnologías que soporten la operación. Los programas de capacitación responden a estos requerimientos aunque con cierto rango de inconvenientes, ya que podrían demandar más tiempo y recursos completarlos. Es por ello que en ciertas ocasiones puede resultar ventajoso realizar un programa corto que contemple la capacitación de conductores y técnicos para construir una base sólida en toda la empresa.
Si bien es cierto el transporte de carga implica que la persona que opere la unidad este instruida en el uso de herramientas tecnologías, es primordial que el personal sepa cómo actuar en casos de emergencia y/o situaciones adversas ocasionadas por factores externos fuera del control del conductor. En Transportes Atlantic, priorizamos la formación del capital humano; tanto personal operativo como administrativo, poniendo en práctica todos los conocimientos adquiridos a través de programas de capacitación que contemplan simulacros opinados realizados en todas las rutas que recorremos, así como también en gabinete.
La consideración del personal debidamente capacitado en los procesos involucrados y equipamiento especializado ponen a la empresa en una posición competitiva ventajosa respecto a aquellas que no disponen de tales recursos. Estas capacitaciones no solo disminuyen los costos y aumentan la eficiencia en las operaciones de la empresa, sino que promueven e incrementan una cultura de prevención de accidentes, la responsabilidad social en el cuidado del medio ambiente, fortaleciendo la competitividad del sector transporte.
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